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La retórica de la post-verdad frente a la democracia líquida

El concepto de post-verdad parece que va camino de convertirse en la palabra del año, según algunas fuentes periodísticas (Bonet, 2016; Mohorte, 2016).

¿Qué es la post-verdad?

La post-verdad hace referencia a la sustitución de la verdad basada en hechos factuales por la aceptación sentimental de la mentira.

No importan los hechos, sino los sentimientos que despierta una mentira para mediatizar la opinión pública.

Esto que a la luz del pensamiento crítico supone su propia negación, no debería sorprendernos. No es nuevo recurrir al rumor para propagar una verdad a medias o una mera falsedad.

La difamación se basa en el principio de “miente que algo queda“. Decía Goebbels – Ministro para la Ilustración Pública y Propaganda de la Alemania nazi – que “una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad“. Hoy las redes sociales son los agentes aferentes de esta transustanciación.

Tampoco es nuevo el conocimiento de que la gente no actúa racionalmente por defecto. Estudios realizados en los años XX el campo de la psicología cognitiva evidenciaron empíricamente que la conducta del hombre de la calle no responde habitualmente a complejos procesos racionales en su toma de decisiones sino a heurísticos o atajos mentales – pensamiento naif.

Más recientemente, la neurociencia ha demostrado la potencia de la respuesta emocional ante ciertos estímulos y en determinadas circunstancias ambientales. Somos más impulsivos que reflexivos y determinadas estrategias manipulativas facilitan respuestas no mediadas por la razón, en determinados casos incluso cortocircuitadas.

La publicidad, el neuromarketing y la cultura del espectáculo alimentan el hedonismo y la conducta irracional que mueve la rueda del consumo y el discurso político. Por otra parte es bastante fácil caer el el prejuicio racionalista de creer en un determinismo lógico frente a una respuesta emocional. El legendario antagonismo entre en el sentir y el pensar.

Pascal, uno de lo mayores exponentes del racionalismo del siglo XVII, confesaba que

“el corazón tiene razones que la razón no entiende“.

Otros autores, relativamente más recientes defendieron la idea de que el razonamiento práctico no se adaptaba a las prescripciones de la lógica deductiva (Henle, 1962; Wason y Johnson-Laird, 1972; Vega, M. de, 1982)

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4 comentarios en «La retórica de la post-verdad frente a la democracia líquida»

  1. La Postverdad es lo que ocurre cuando alguien se atreve a decir la verdad a la gente. Todo el mundo entiende que es la verdad y luego ..nadie sabe como gestionar que todo el mundo sepa la verdad.
    Algo que es verdad es algo que se puede demostrar con hechos y que no tiene pizca de mentira. Una promesa o predicción solo puede ser mentira si se tienen datos para demostrarlo.
    Muy buen artículo.

  2. Absolutamente de acuerdo en que la cantidad de información no conlleva necesariamente una sociedad más o mejor informada. De ahí el interés de muchos en saturar o bombardear con ella, se aseguran una mayor desinformación.
    Nos enseñarán a utilizar las TICs, les interesa.

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